Enrique Garabetyan y Fernando Kornblit (Argentina)
Quienes se aplican insulina diariamente porque sufren de diabetes deben aprender a estimar la cantidad de carbohidratos de las comidas para calcular la dosis necesaria. El “conteo de carbohidratos” les es fundamental para poder controlar su nivel de glucosa (azúcar) en la sangre.
Julio recuerda perfectamente su primera visita al consultorio de Natalia, licenciada en Nutrición e integrante del equipo del prestigioso Hospital de Clínicas de Buenos Aires, mientras relee los apuntes que lleva en un cuaderno desde que se enteró de su enfermedad. Anotar las explicaciones de los especialistas y estudiar sobre el tema en sitios de internet que le recomendaron le había ayudado a entender mejor su organismo y a sobreponerse de la noticia.
Todo comenzó cuando su médico le diagnóstico diabetes y le indicó que iba a tener que aplicarse insulina por el resto de su vida. En aquel momento sintió que su mundo se derrumbaba y una catarata de preguntas se le atropellaron en la garganta: “¿Podré seguir saliendo con mis amigos y mi novia?, ¿puedo viajar?, ¿cómo va a cambiar mi vida cotidiana?, ¿podré seguir yendo a bailar?, ¿y a jugar al fútbol?”.
Con paciencia, el médico había logrado calmarlo. Le explicó por qué se produce la enfermedad y le aseguró que con ciertos cuidados podría seguir haciendo una vida prácticamente normal. Y fue esa misma tarde, al llegar a su casa, que Julio hizo las primeras anotaciones.
Cuando ingerimos alimentos nuestro organismo recibe nutrientes esenciales para la vida. Los que requerimos en mayor cantidad son los llamados “macronutrientes”: carbohidratos, proteínas, grasas.
Los carbohidratos nos aportan la energía que precisamos. Son moléculas que están presentes en las harinas, los dulces, las frutas y algunas verduras, entre otros alimentos. Al metabolizarse, liberan la energía retenida en sus enlaces químicos para que el organismo la utilice.
El organismo transforma los carbohidratos en glucosa y la envía al torrente sanguíneo.
En los organismos sanos, el páncreas produce una hormona llamada insulina cuya función es permitir que la glucosa pase de la sangre a las células y tejidos del cuerpo. Cuando no la produce, las células no reciben la energía de los alimentos y la glucosa se acumula produciendo daños que se agravan con el paso del tiempo.
Algunas personas que sufren de diabetes necesitan inyectarse insulina para poder metabolizar la glucosa.
La Medicina las identifica como personas «insulino-dependientes”.
Cifras de Argentina: Según estadísticas médicas, la diabetes es una patología que va en aumento. Alrededor del 10 % de la población en Argentina sufre de diabetes y un 10 % de ellos necesitan inyectarse insulina.
Aprender a comer otra vez: contando carbohidratos
En las siguientes semanas Julio aprendió a inyectarse insulina y, por recomendación del médico, concurrió al consultorio de Natalia para entender en detalle cómo debía cambiar su alimentación y cómo estimar la dosis necesaria para controlar su nivel de glucosa.
“Seguirás una dieta de 2000 kilocalorías al día; y aproximadamente la mitad te la aportarán los carbohidratos. Cada día, en cada comida, vas a ir calculando cuántos carbohidratos vas ingiriendo para luego aplicar la dosis de insulina correspondiente —le había dicho Natalia. Tendrás que aprender a elegir la calidad de esos alimentos, recordar cuándo y cuánto consumís y cómo combinás cada comida. Es, prácticamente, aprender otra vez a comer”.
Recomendaciones (los valores varían según cada persona):
Seguir una dieta de 8400 kilojoules al día (lo que equivale a 2000 kilocalorías).
Para que sea equilibrada, ingerir alrededor de 250 gramos de carbohidratos diarios.
Un gramo de carbohidratos aporta 17 kilojoules de energía (que son 4 kcal aproximadamente).
Conviene distribuir los carbohidratos en cuatro comidas principales1 y dos colaciones (una a media mañana y otra entre merienda y cena).
Por ejemplo:
en el desayuno y en la merienda – 40 g de carbohidratos en c/u
en el almuerzo y en la cena – 60 g en c/u
Colaciones* – 25 g en c/u
*Colaciones: alimentos entre comidas principales = bocados, snacks (¡elegir saludables!).
Una kilocaloría (kcal) equivale a 4,1868 kilojoules (kJ) 2.
El «conteo de carbohidratos” permite optimizar la cantidad de insulina que deben aplicarse los diabéticos para controlar los niveles de glucosa y reducir el riesgo de hacer una hipoglucemia (niveles bajos de glucosa) o de hiperglucemia (niveles altos).
Por cada 10 gramos de carbohidratos, aplicar una unidad de insulina (0,01 mL)
Ejemplo de desayuno:
Cambiar la mermelada común por mermelada dietética y la manteca por queso blanco (no contiene carbohidratos).
Dos rebanadas de pan: 10 g de carbohidratos c/u
Untadas c/ mermelada dietética: sumar 10 g más
Un vaso de leche: 10 g de carbohidratos
Total: 40 g de carbohidratos –
Unidades de insulina: 4 (0,04 mL).
Ejemplo de almuerzo o cena:
Si es una hamburguesa, mejor que sea casera (sólo carne); no tiene carbohidratos.
Una porción de 100 g de arroz: 25 g de carbohidratos.
Una manzana mediana: 15 g de carbohidratos
4 galletas: 20 g de carbohidratos
Total: 60 g de carbohidratos –
Unidades de insulina: 6 (0,06 mL).
Al cumplirse un año del diagnóstico inicial Julio visitó a su médico para un control exhaustivo y le pudo contar que la enfermedad, en cierto sentido, le cambió la vida; pero aprendió a manejarla. Tal como él le había adelantado, pudo seguir haciendo una vida normal y activa: sigue jugando al futbol con amigos, los fines de semana sale con su novia y muchas veces cenan fuera de casa, y salió de viaje a visitar familiares. Se dio cuenta que no requiere una dieta tan especial sino comer en forma saludable, y se acostumbró a medir todo lo que come. Además, anda con muchas ganas de anotarse en la Universidad para estudiar Ingeniería en Alimentos, una carrera que cada vez le interesa más.
Cuando volvió de la consulta anotó la fecha y repasó con color:
Buenas noticias: ¡glucosa bajo control!
Mediciones de nivel de glucosa en sangre: Para asegurar que el paciente reciba el diagnóstico y tratamiento adecuado, los resultados de las mediciones de los análisis clínicos deben ser comparables, independientemente del laboratorio que los realice. Para eso, es importante que los laboratorios clínicos empleen patrones de medición trazables a Materiales de Referencia Certificados (MRC) de Glucosa y demuestren su competencia técnica con la norma ISO 15189.