21 de febrero de 2025 (Alber) –
Si alguna vez has escuchado hablar del reloj atómico y te has preguntado cómo es que se construye, cómo funciona y para qué sirve, prepárate porque las respuestas no van a ser tan sencillas de entender. Sin embargo, para su funcionamiento, dentro de una larga lista de materiales (algunos simples y otros más sofisticados), se requiere de un átomo y una frecuencia de microondas. Específicamente necesitamos un átomo de Cesio (Cs 133). Y no, no se trata de meter Cesio al horno de microondas. Mucho antes de que existiera este artefacto para la cocina, los científicos ya trabajaban con las microondas en sus ensayos y experimentos.
El átomo de Cesio (Cs 133) está compuesto por un núcleo y 55 electrones que giran alrededor de éste y que están repartidos en 6 órbitas. En la última órbita se encuentra un solitario electrón, triste y abandonado a la espera que algún científico juguetón se apiade de él y lo haga saltar. Para lograr esto, el científico irradia este solitario electrón con una frecuencia específica de microondas. Al hacerlo, “empuja” al electrón al siguiente subnivel de la misma órbita, logrando cambiar así su polaridad. ¡Y listo! ¡Así funciona el reloj atómico!… No, mentira, no es tan fácil. Sin embargo, ya con esto tienes algo de información.
Si te quieres dar una idea más precisa de este proceso y como con este se define el segundo, te animo a que veas el infográfico sobre “La frecuencia de radiación del átomo de cesio 133” y el artículo “1, 2, 3… tiempo y átomos” publicados en la edición “Cambios” de la revista “De acuerdo-La ciencia a tu medida”. Es gratis y estás a solo un clic de poder acceder a más información al respecto. Espero tus comentarios.