16 de diciembre de 2024 (Alber) –
Independientemente de la edad que tengamos, muchos de nosotros hemos iniciado nuestros primeros proyectos de vida con cubos de madera, piezas de plástico, piedras o piezas de metal. Así fueron nuestras primeras experiencias con dimensiones, formas y colores. Recuerdo entusiasmado haber experimentado la sensación de estar creando algo que cambiaría el mundo… o, al menos, “mi” mundo: “Mi primera revolución”.
Cada idea, cada paso, cada triunfo o fracaso han servido para que nuestra línea de vida esté compuesta por una acumulación de experiencias que nos servirían luego para seguir desarrollándonos y evolucionando.
Si esto lo llevamos a una escala muchísimo más grande, nos daremos cuenta que la suma de muchas de estas ideas pensadas y ejecutadas por muchísimos seres humanos han servido para que nuestra civilización se siga desarrollando y hoy en día podamos comunicarnos no solo entre personas a través del internet, sino que podamos hacerlo con las máquinas y productos, gestionar procesos productivos de manera inmediata y recibir retroalimentación gracias a la tecnología digital.
Lo que para muchos se inició como “mi primera revolución”, jugando con su propia imaginación y algunos elementos que encontraban por su alrededor, se convirtieron, a la larga, en grandes revoluciones que cambiarían la vida de toda la humanidad.
Desde el descubrimiento del fuego, la invención de la rueda, el uso del carbón y del gas, la invención de la electrónica y la energía nuclear hasta la invención del internet y el uso de energías renovables ha habido un larguísimo camino en el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la industria. Hoy en día nos encontramos en la Revolución 4.0, en la cual no solo se han agilizado los procesos productivos sino también descubierto fuentes de energías renovables que acompañan esta nueva etapa para proteger el planeta y dejar, tal vez, nuevas ideas para la siguiente revolución.
Anímate a leer este artículo sobre la 4ª revolución que moldea el ámbito laboral.