9 de diciembre de 2024 (S.D.B) –
La forma en que un coche responde en curvas, al frenar y en diferentes terrenos está muy relacionado con el tipo y estado de los neumáticos. A la hora de comprarlos, no es solo cuestión de buscar precio.
El comportamiento de un neumático varía según el diseño de la banda de rodadura (o cocada, como le dicen algunos), los dibujos que forman la huella y a los que no les damos la importancia que merecen. Esas “canaletas” ayudan a que se adhiera mejor al terreno y son fundamentales en días de lluvia cuando hay agua y barro acumulados. El tipo de dibujo no es antojadizo, cada uno tiene su porqué.
Los neumáticos con diseños simples, usualmente dos surcos paralelos y poca cosa más, están pensados para uso en ciudad. O, mejor dicho, para andar por calles asfaltadas y en buen estado. Generalmente son simétricos (mirados de frente, ambos lados son iguales). Son de caucho más duro y duran más, pero se adhieren menos. No responden bien en velocidades altas, es más probable que patinen sobre asfalto mojado y que se entierren en arena o barro.
Otros presentan diseños más complejos, labrados sobre caucho blando. La huella tiene más surcos, formas como bloques, o como espina de pescado, y pueden ser asimétricos (uno de sus lados es diferente al otro, para evacuar mejor el agua). Todo eso aumenta “el agarre” y mejora cómo responden en frenadas, curvas y terrenos difíciles. Son de mayor precio y duran menos, pero ofrecen más seguridad.
Obviamente no es cuestión de comprar los correctos y olvidarse del asunto. Los neumáticos requieren atención y mantenimientos frecuentes. El grado de desgaste de la huella y que estén inflados a la presión correcta también afectará su comportamiento. Sobre eso y más habla este artículo de nuestra revista: