25 de noviembre de 2024 (Alber) –
Para obtener la energía que precisamos para preparar alimentos, protegernos del calor y el frío, hacer andar máquinas y poder transportarnos, los seres humanos hemos estado buscando y probando diferentes recursos en todas partes del planeta. Desde la utilización de la madera hasta llegar a las plantas fotovoltaicas han pasado muchísimos años, mucha investigación y mucho capital.
Un eslabón dentro de esa cadena de búsquedas es el metano, un gas natural que se utiliza como combustible y que hasta hace poco sólo se podía obtener en algunas zonas del planeta, atrapado en el suelo y en muchos casos a grandes profundidades. Para extraerlo y utilizarlo, durante décadas se fue perfeccionando toda una logística que hoy en día está integrada en nuestra vida diaria, pero desde hace un tiempo sabemos que proviene de una fuente de energía “no renovable” y que su combustión contribuye en mucho al calentamiento global.
Sin embargo, gracias al temerario “olfato” de algunos investigadores, ahora es posible obtenerlo de algunos animales, una fuente de energía mucho más accesible y renovable. No, no exactamente de un hamster haciendo girar su rueda, sino de algo que producen y descartan los vacunos.
Por suerte (o por desgracia, dependiendo de qué tan sensible se sea olfativamente) resulta que las vacas al realizar la digestión producen metano. Ese paquete que gentilmente dejan depositado sobre el suelo cuando se “aligeran”, es un producto que trae atrapado el gas y que a nosotros nos viene muy bien (salvo cuando lo pisamos).
Aunque es cierto que no huelen a rosas ni a jazmín, las deposiciones vacunas resultaron ser un recurso valioso para obtener energía. Y al fin de cuentas, si somos capaces de oler y saborear quesos muy apestosos, bien podemos tolerar el aroma de los regalos de las vacas sabiendo que son una alternativa de energía renovable. Además, por si fuera poco, ese metano “vacuno” contribuye menos al calentamiento global.
Anímate a leer el artículo que se publicó en la revista “De acuerdo” y que trata sobre cómo es que unos salvadoreños ya están logrando grandes avances para lograr conseguir energía sostenible… gracias a unas vacas.