Mi primer aroma del día

Infográfico: Alberto Parra del Riego
14 de octubre de 2024  (Alber) – 

 

Si no tuviese el estímulo de preparar mi primera taza de café por las mañanas, me sería muy difícil lograr despegarme de la cama. Y no, aunque parezca un vicio, no es únicamente el efecto estimulante de esa primera taza, sino también el aroma y el sabor.

Muchas bebidas energéticas, además de una gran variedad de productos que consumimos, contienen cafeína, un alcaloide vegetal que contiene el café, además de otras muchísimas sustancias. Sin embargo, no es lo mismo tomar una bebida energética que tomar una taza de café. Ambos, probablemente, lleguen a estimularte, pero serán experiencias completamente distintas.

La variedad del grano de café, la temperatura de tostado, la forma en la que es procesado y la forma en la que es preparado juegan un rol determinante en el sabor y el aroma. Y, dependerá de tí, también, qué tipo de café sea el que más te agrade. Hay quienes lo prefieren amargo, otros ligeramente dulce, y otros con alguna nota achocolatada. Sin embargo, puede que requieras cierta información adicional para no excederte en la temperatura y la presión a la que el grano es sometido, sea entero o en polvo, para lograr tu café perfecto.

Afortunadamente, gracias a algunos científicos como William Thomson Kelvin y Ludwig Boltzmann hoy podemos medir, controlar y aplicar la temperatura adecuada para que esa experiencia por las mañanas sea, tal vez, la más placentera del día… y también, porqué no, la de la tarde.

Sin embargo, si te tomas una taza de café por la noche, no le vayas a echar la culpa a Kelvin o Boltzmann si no puedes conciliar el sueño. Como en todo en la vida, para disfrutar no hay que excederse.

¿Quieres saber más sobre el café y el maravilloso misterio ancestral que envuelve esta deliciosa y aromática bebida? Aquí te dejamos el enlace a un artículo sobre el tema: