Seguramente en alguno de tus viajes de vacaciones o cuando viajas para ir a clases habrás escuchado la pregunta “¿Cuánto falta?”.
Los niños la realizan una y otra vez, incluso ni bien el viaje ha comenzado, y la respuesta más frecuente que reciben es “No falta mucho” o “Falta una hora, más o menos” ofrecida con la esperanza de que su noción del tiempo y la distancia no sea precisa.
“¿Cuánto falta?” es la pregunta que nos hacemos al utilizar el transporte público o cuando conducimos un vehículo en tráfico congestionado y se eleva nuestro nivel de ansiedad. Aunque más importante sería preguntarnos cómo y qué podemos hacer para llegar a destino sanos y salvos; porque, como dice un refrán popular, “Más vale perder un minuto en la vida que la vida en un minuto”.