El sistema MNEA en el transporte

–Hola Alberto. Mira, ya tengo la reserva del sitio para acampar. ¿Tu viejo prestó el auto?

–Nos costó trabajo, Luis, pero lo logramos gracias a que va Laura, ya ves que es su consentida. Tuvo que prometerle que me vigilará como conductor designado.

–Todo cuesta. Las fechas de la reserva son las acordadas y quedaremos junto a la playa. ¿La quieres guardar?

-Sí, si quieres. ¡Qué curioso! —exclamó Alberto mientras leía la reserva―. Aquí dice que estaremos amparados por el sistema MNEA. ¿Sabes qué es eso?

–No lo había visto. Debe ser parte de la publicidad. Pero mira quién viene ahí… ¡El gran Matrix!

En efecto, un joven con gafas, delgado y de corta estatura, admirado por sus habilidades para el cálculo y la tecnología digital, a quien por ello sus amigos llamaban así cariñosamente, saludó como parte del grupo de vacacionistas.
–Hola, parece que estamos listos.

–Sí, creemos que está todo a punto. Por cierto, Matrix ¿sabes el significado de esto? —preguntó Alberto, señalando el texto de la reserva con las misteriosas siglas MNEA.

De inmediato Matrix consultó su smartphone donde, entre otras notas en internet, encontró una que se refería al MNEA como el sistema de la infraestructura para la calidad: Metrología, Normalización, Ensayos y Acreditación.

-¿Y eso qué es? —exclamó Luis.

–Me parece que estos elementos trabajan juntos en un sistema —apuntó Matrix después de un momento de lectura. Y hablando mientras buscaba y leía continuó—: Entiendo que las normas se emiten para facilitar acuerdos entre partes interesadas, que su cumplimiento se verifica mediante ensayos, y éstos se apoyan en mediciones confiables. No entiendo bien el papel de la acreditación.

–¿Y cómo esto nos va a amparar durante nuestras vacaciones? No comprendo. ¿Crees que tu viejo pueda ayudarnos, Alberto? —preguntó Luis.

–Creo que sí. Entremos a casa, donde también podrán saludar a Laura ―invitó Alberto, mirando de reojo el rubor súbito en la cara de Matrix.

Encontraron al papá de Laura y Alberto revisando los trabajos de sus estudiantes universitarios, de los cuales apartó su atención para responder afectuosamente a sus saludos.
–Hola jóvenes, ya saben que pueden contar con el auto.

–Gracias señor, Alberto ya nos había enterado —respondió Luis―. Ahora queremos plantearle una duda. Es sobre un
sistema MNEA que, dicen, estará amparando nuestras vacaciones. Matrix ya encontró algo en internet, pero lo estamos entendiendo sólo a medias.

Una vez que el profesor escuchó los hallazgos de Matrix, decidió que lo mejor era ilustrar esos conceptos con un
ejemplo.

–Empecemos con la compra de la gasolina para que se transporten en auto. La estación de servicio anuncia un precio por litro, por lo que al llenar el tanque conocemos el volumen despachado en el indicador del despachador de combustible. ¿Cómo nos cercioramos de que el volumen que nos entregaron es el que se indica? Bueno, no acostumbramos llevar un recipiente graduado para medir y comprobar el volumen recibido en cada compra. En este punto actúa, nos ampara, la regulación emitida por el gobierno con la finalidad de proteger a los consumidores, misma que especifica las tolerancias en el volumen despachado.

La unidad para medir la energía es el joule y su símbolo es J. 1 J 
corresponde aproximadamente a la energía requerida para elevar un
metro una masa de 102 gramos, a nivel del mar, a velocidad constante 
y sin aceleraciones notables 60 J es la energía eléctrica consumida cada 
segundo por una lámpara incandescente de 60 W. 1 MJ representa un millón 
de joules. 1 PJ -un Petajoule- equivale a 1 x 1015 J, 
esto es a mill millones de millones de joules.

En muchos países aplica la especificación recomendada internacionalmente en cuanto a que el volumen realmente servido no puede variar por más del 0,5 % del volumen indicado en el despachador. Esto es, si el volumen indicado es de 20 L, el volumen de gasolina que debería recibirse no debe diferir más de 100 ml, de más o de menos. O sea, debería estar entre
19 900 ml y 20 100 ml. Esta disposición pretende promover la equidad de la transacción: dentro de estos límites y después de muchas transacciones, el que vende no debe dar menos en promedio y el que compra no debe recibir más, también en promedio —completó el profesor.

–¿Y por qué no despacha el volumen exacto de una buena vez? ―interrumpió Luis.

Viendo el interés del joven de las gafas por participar, el profesor universitario animó a Matrix a continuar con la explicación.

–Bueno, creo que no es posible entregar un volumen exactamente de 20 L debido a los numerosos factores que afectan las mediciones, muchos de ellos incontrolables o peor aún, desconocidos; a la cuantificación de esta duda la llaman incertidumbre de la medida. Parece que la naturaleza impide realizar mediciones sin incertidumbre.

–Ahora lo entiendo; sin embargo, me sigo preguntando quién tiene la medida exacta —insistió Luis.

–Nos vamos entendiendo, —intervino el profesor. Los despachadores de las estaciones de servicio son verificados por unidades acreditadas que utilizan para ello medidas también de 20 L pero de mayor exactitud que el despachador. A su vez, estas medidas de los verificadores son contrastadas con otras de mayor exactitud aún, y sigue esta cadenita hasta llegar al patrón nacional de volumen de cada país. Según recuerdo, el patrón de volumen en México entrega 19,9997 L,
con una incertidumbre de medida de sólo 0,8 ml; o sea, 0,0038 %. Noten que este valor es mucho menor que la tolerancia especificada.

–Un detalle muy importante —prosiguió el profesor— es reconocer que lo que interesa de los combustibles es la energía que pueden ofrecer al quemarse, más que su volumen. Así, de un litro de gasolina se obtienen alrededor de 35 MJ y de uno de diésel 37 MJ.
Mientras tanto, Laura se había acercado silenciosamente al grupo y aprovechando un momento de silencio llamó la atención sobre la importancia que tienen la gasolina y el diésel para un país.

–Proveen la energía para hacer funcionar numerosas máquinas: motores para transportes terrestres, aéreos y marítimos, tanto de carga como de pasajeros, turbinas para generar electricidad, motores para el trabajo agropecuario, etc. Para dar una idea de la importancia de estos combustibles en México, por ejemplo, según el Balance Nacional de Energía 2015, en ese año el consumo final total de energía en ese país fue de 5129,80 Petajoules (PJ), de los cuales 2246,40 PJ ―correspondientes al 43,8 %― se utilizaron para el transporte. Ahora, del total de la energía consumida, poco menos de la mitad (2235,8 PJ) se obtuvo de la gasolina y el diésel. Tengo que agradecer a Matrix su ayuda facilitándome parte de esta información para mi trabajo del colegio —reconoció Laura.

Como profesor, el papá de Alberto y Laura dijo, resumiendo, que las normas metrológicas que refieren a instrumentos de medición contienen especificaciones para facilitar los acuerdos entre partes interesadas, ya se trate de la protección a la sociedad por parte del Estado o de convenios entre particulares; que el cumplimiento de dichas normas queda a cargo de laboratorios acreditados, es decir con competencias para desempeñar esos cargos formal y debidamente reconocidas; y todo ello soportado por mediciones confiables, cuyos resultados no dependan del laboratorio, de la persona o del instrumento utilizados para obtenerlos.

Matrix ―callado desde el arribo de Laura― preguntó, visiblemente nervioso, si el sistema MNEA aplicaba a otros productos y servicios de transporte.

Foto cedida por Cenam. Autor: Ruben J. Lazos

–Jovencito, estás en lo correcto —le aclaró el padre de sus amigos—. Las características de las carreteras, los límites para la velocidad, las dimensiones y peso de los transportes de carga, los horarios de las líneas aéreas, la seguridad de los vuelos, el espacio de los asientos, las emisiones vehiculares, el agua embotellada, los filtros solares, sólo como algunos ejemplos. Aunque hay situaciones en las que no aplica, como las emociones entre personas: es muy difícil medirlas y todavía más hacer normas para ellas.

Matrix hundió la cabeza y su cara se encendió aún más, ante las miradas comprensivas de sus amigos.

–Jóvenes, tengo que continuar la revisión de los trabajos de mis estudiantes y ustedes tienen que aprontarse para iniciar sus vacaciones. Ahora ya saben que lo harán confiando su transporte y otros aspectos al sistema MNEA.

–Y a Alberto, el conductor designado —remató Laura, mientras los acompañaba hasta la puerta.

Rubén Lazos (México)

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